El masaje vibroacústico con cuencos tibetanos es una forma de terapia que consiste en utilizar las vibraciones y los sonidos que producen los cuencos tibetanos para masajear el cuerpo.

La mezcla de estos instrumentos ancestrales unidos a los descubrimientos sobre los beneficios de la vibración en los seres humanos han dado origen a una técnica en la cual los cuencos tibetanos son apoyados en diferentes partes del cuerpo.

Este tipo de enfoque holístico de la salud y el bienestar reconoce la interconexión del cuerpo, la mente y el espíritu, y el papel que el sonido y la vibración pueden desempeñar para promover el equilibrio y la armonía dentro de estos sistemas.

El origen de los cuencos tibetanos es incierto y a lo máximo a lo que han llegado los investigadores es que ya eran utilizados en la tradición chamánica Bon presente en la región de Tibet, y posiblemente fueron adoptados por los monjes budistas de la temprana escuela Bonpa.

La calidad del instrumento es esencial en este tipo de tratamiento, pero lo más importante es que el rango vibroacústico de la nota fundamental del cuenco esté por debajo de los 120 Hz. De esta manera, siguiendo los descubrimientos de Olav Skille, nos aseguramos que la vibración tenga un efecto sobre tejidos, órganos, y células.

Cuando apoyamos los cuencos tibetanos sobre el cuerpo de un paciente, la vibración que estos generan se expande rápidamente y viaja a través del agua (somos cerca de un 70%!) llevando su geometría a cada rincón del mismo. El primero en estudiar la geometría que produce el sonido fue Ernst Chaldni a mediados del siglo XVIII, y en los años sesenta Hans Jenny le da el nombre de cimática a este tipo de estudio.

Los recientes experimentos de John Stuart Reid en este campo demuestran que la vibración no es caótica sino que posee una forma que se expresa en patrones geométricos muy parecido a un mandala. Pero lo más llamativo de su descubrimiento fue que más que una onda el sonido es una esfera. Dicha esfera vibratoria repite exactamente el mismo patrón independientemente de si es aplicada a una pequeña gota, o a un gran volumen de agua.

En otras palabras, allí donde la vibración de los cuencos llega, siempre expresará su geometría. Pero esto no es todo, algunas investigaciones del etnomusicólogo Alexander Tannous, confirman que si analizamos matemáticamente la serie de armónicos de los cuencos tibetanos podemos descubrir que se asemeja mucho a la serie de Fibonacci, mas conocido como Phi o espiral aurea.

De esta manera en un masaje vibroacústico con cuencos tibetanos se une el misterio de estos mágicos instrumentos con los avances científicos mas recientes en el campo de la física del sonido.

El Masaje Sonoro nos lleva, desde la dulzura de la relajación total, en un viaje por la sutileza de la vibración, permitiendo hacer caer toda resistencia, en una sinfonía de frecuencias armónicas. Nuestro ego se disuelve, y el agua que somos se reordena con vibrantes mandalas.

Algunos de sus beneficios incluyen la reducción del estrés y la ansiedad, el aumento de la relajación y el sueño, y la mejora de la circulación y la digestión. A menudo ayuda a tratar una amplia gama de problemas físicos y emocionales, asi como también es una forma de promover el bienestar general.